En cuanto a la coleccion de Totón Comella para TCN, siempre me gusta pero este año me ha encantado. Muy sexy y al mismo tiempo muy cómoda, me gustó todo.
Tanto la ropa de día, como este vestido y los conjuntos y looks camperos con pantalones, bermudas, camisas y chalecos. En general, la ropa era toda en colores naturales, como colores piedra, beige, verde militar, blanco y algo en azul marino. Ropa informal, cómoda y muy favorecedora, tanto para salir a la calle, como para estar en casa.
Ahí van algunas fotos de los diseños.
Me gustó especialmente este look con superposiciones, y los pantalones pitillo con botones en los bajos, también me gusta mucho el bolso, de la misma tela que las bermudas de la foto de arriba.
Este conjunto de camiseta negra de tirantes y las bermudas con la flor a la cadera es perfecto para el calor del verano. Femenino, chic, fresco y cómodo.
También me gustan los vestidos y cuerpos estampados estilo lencero. Éste de abajo te vale tanto de vestido para el día con sandalias planas, como para la noche con taconazo o como cuerpo encima de unos vaqueros o unas bermudas.
La protagonista del desfile de TCN volvió a ser este año la cantante mejicana Paulina Rubio. Aunque la pobre Pau, a pesar de tener tipazo, sale super cabezona en todas las fotos.
Como siempre, los conjuntos de lencería fueron los mejores. Y de bikinis y bañadores me quedo con este bikini negro de la foto de arriba.
Otra de las triunfadoras fue la diseñadora vasca Miriam Ocáriz, aunque esta vez he echado de menos sus camisas blancas con serigrafías de colores, y además los colores pasteles que ha elegido me parecieron muy mortecinos, de esos que no te favorecen ni morena.
Por ejemplo este conjunto verde, ¿a quien le gusta ese color? Es horrible.
Sí que me gustan los conjuntos de cuerpo y pantalón con múltiples costuras, en plan motera, geniales tanto para el día con unas bailarinas y una camiseta o una camisa, como para la noche con taconazo y un cuerpo de tirantes.
Respecto a las serigrafías de esta colección, ha diseñado cosas horrendas como este conjunto de abajo, que no hay por donde cojerlo.
De éste, me gusta la falda, el cuerpo en plan futurista me mola menos.
Este conjunto de abajo es un ejemplo de algo que no sólo no me lo pondría, es que ni siquiera conozco a alguien que quisiera llevarlo. Además el rollo "todo a juego" en plan Norma Duval no me mola nada.
De los diseños a base de serigrafías en las telas, éste de abajo fue de lo mejor. La verdad es que en esta colección los colores pasteles muertos han sido de lo peor, y la combinación de colores, del estilo de aquella falda espantosa que la Princesa de Asturias se puso para ir a Covadonga , son mortales.
Aún así hubo cosas chulas como este vestido negro de tirantes con falda estampada, del que también sacó una versión en largo.
Victorio y Lucchino fueron fieles a su estilo, que en los últimos cuatro o cinco años han coseguido depurar y modernizar, llendo más allá del traje de faralaes. Sus diseños tuvieron inspiración andaluza, como siempre, y fueron muy barrocos, como siempre también. Además fue una colección muy sexy, eso sí, siempre con ese toque jet set, que hace que lo primero que se te venga a la cabeza al ver los vestidos sea un boda de alto copete en Sevilla o Nati Abascal, que viene a ser lo mismo.
Ahí van algunas fotos con sus vestidos.
Finalmente, Lydia Delgado, también muy fiel a su estilo, no decepcionó a los que la siguen. Yo no acabo de pillarle el punto, pero hubo cosas que me gustaron como los trajes de estas cuatro fotos. Especialmente el petit robe noir, o little black dress, un must de la temporada. El negro vuelve, o eso dicen, ya veremos si en verano nos apetece llevarlo tanto como en otoño o invierno.
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