Moda Música Fútbol y demás

Me ha dicho mi madre que el otro día oyó en la tele que las tres cosas que globalizan el mundo son la música, la moda y el fútbol, -lo de "globalizar el mundo" vamos a tomarlo en los términos relativos que la realidad impone-. Además, he leído en The Economist que votan por el Mundial de Fútbol como the world´s greatest sporting event, antes que por las Olimpiadas porque cabe la sorpresa y cualquier equipo, independientemente de su nacionalidad, puede convertirse en favorito. No así en los Juegos Olímpicos, que son aprovechados por las grandes potencias para hacer una exhibición de poder y autoridad. Si no, esperad a los próximos y veréis como el medallero se lo disputan China y USA.

La verdad es que a mí el fútbol no es que me mate, pero creo que de los tres (moda, música y fútbol) es el que más "globaliza" y con diferencia. Lo que no significa que, reduciendo el ámbito geográfico y económico mundial, no sea cierto que la moda y la música, y el cine y la tele también, nos uniformizan cada vez más.

En música, no importa que seas fan de David Bisbal o de Ligre, seguro que hay un montón de gente por todo el mundo igual o más fan que tú. Lo mismo ocurre con algunas películas y series de televisión. Que se lo digan a Mischa Barton y a Adam Brody, iconos fashion e ídolos de adolescentes a nivel mundial gracias a The O.C. O a Francis Ford Coppola, ¿quién no se sabe al menos una de las frases de El Padrino? Cualquiera de las tres.

En cuanto a la moda, las tendencias son para todos las mismas, los bolsos de imitación consiguen que los logos sean para todos los mismos, y las marcas económicas nos visten a todos igual. Hay en Zgz una plaga de camisetas azules, rojas y verdes a topitos blancos, creo que de Stradivarius, que me preocupa. Las veo por todas partes, sobre todo con leggings negros hasta mitad de pantorrilla, mini vaquera encima, cinturón trenzado y bailarinas, doradas a ser posible. Sin duda el teen look de la primavera.

Por suerte, hasta entre los fenómenos de masas hay variedad. No todas las selecciones juegan igual (hasta ahí llego, no me pidáis más), no todos los bares ponen la misma música (esto es cierto, buscad y hallaréis), ni todos tenemos por qué ir vestidos con la misma camiseta. Y si The Economist vota por el Mundial, yo voto por los estilismos de Gwyneth Paltrow en The Royal Tenenbaums y por revisar el esmoquin femenino a lo Coppola, Sofia of course. Vamos a olvidarnos de Sienna, Mischa y las Olsen por un tiempo.
No, de Kate nunca.

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¡Feliz comienzo de verano!