Abracadabra

Las heroínas de nuestra infancia consiguieron sus mejores vestidos y complementos gracias a una bruja buena y encantadoras hadas madrinas. Vestidos y zapatos que además les daban suerte.

En el sueño de Dorothy se coló el glamour en forma de zapatos rojos, mágicos por supuesto, gracias a la Bruja buena del Norte. Aurora, la Bella Durmiente, creció feliz y consiguió su camaleonico vestido gracias al buen hacer de las encantadoras hadas Flora, Fauna y Primavera. Y por supuesto, Cenicienta que contó con la inestimable ayuda, aunque limitada en el tiempo, de su hada madrina quién varita mágina en mano, le consiguió vestido, zapatos de cristal, peinado, carroza y chófer. Esto es, el kit completo para ligarse al príncipe casadero en el baile de palacio y, de paso, dejar a todos con la boca abierta admirando tu gusto y belleza. Casi nada.

Pero los tiempos cambian y, como canta Joaquín Sabina, las niñas ya no quieren ser princesas. Ahora queremos ser las más elegantes del cumple, de la oficina, de la biblioteca, de la boda de nuestra prima, o, en el caso de las famosas, de la alfombra roja. Objetivo que también requiere de la ayuda de un hada o una bruja, buena a ser posible, si no te fías de tu instinto.

¿Cómo conseguir los favores de una varita mágica que nos guíe en la elección de nuestros estilismos? Hay tres opciones, que varían según el presupuesto de la interesada, y todas tienen truco:

1.- En nuestro caso, tristes mortales, inspirarnos en los estilismos de las Magas de la moda, esas que convierten en tendencia todo lo que se ponen (Dorothy style is back: se lleva el calzado en rojo, zapatos o botines, al gusto de cada una). Importante: fijarse sobre todo en los detalles, pero no intentar copiar el look entero. Todas compramos las mismas revistas y, al final, se corre el riesgo de perder nuestro objetivo. Queremos ser la más elegante, glamurosa, estilosa o chic (según los gustos) del lugar, no parecer un clon de las demás.

2.- Si tu poder adquisitivo es superior al de la media, y, además de no fiarte de ti misma, tampoco lo haces de tu madre, hermanas o amigas, puedes contratar a una persona para que se vaya de compras contigo y te aconseje qué te queda bien, qué te favorece, y te renueve el look. Ah! y que te lleve las bolsas, este detalle es importantísimo.

3.- Y ya, si entras en el selecto grupo de las socialites y celebrities varias, y forma parte de tu agenda pisar la alfombra roja, tendrás hacerte con una estilista de cabecera o un diseñador o firma amiga. En este caso, lo importante es que la estilista no te disfrace de sí misma y del resto de sus clientes, y que el diseñador amigo sea un buen amigo, o, al menos, alguien de quien te puedas fiar.

Pues, puede sucederte como a Reese Witherspoon en la pasada ceremonia de los Globos de Oro, o como a Esperanza Aguirre la otra noche en la fiesta de los Premios Telva. La Presidenta de la Comunidad de Madrid apareció de esta guisa, vestida con una creación de una de las premiadas de la noche, la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada. Un vestido pretencioso y horrible que, según la propia diseñadora, está inspirado en la Comunidad de Madrid (ya conocemos la afición de la mujer de Pedro J. por las banderas) y que, además, esperaba que le diera suerte. Me imagino que se refería a las próximas elecciones autonómicas. ¡Bippity Boppity Boo!

Ingenua de mí, esta mañana todavía creía que las hadas madrinas no sólo te daban suerte, también te regalaban vestidos y complementos bonitos.