No sé si es que desde que he vuelto de vacaciones estoy de que no, o si
Supermodelo 2007 es tan patético como parece. Sólo he visto el primer casting, el de hace un par de viernes, un trocito de otro y parte del programa de ayer que, harta de semejante fantochada, cambié de canal en menos de una hora.

También puede que me haya perdido lo bueno, y haya tenido la mala suerte de pillar
la peor parte de lo que puede ser un reality televisivo: discusiones peregrinas con las candidatas que acaban en descalificaciones personales; dar cancha a la
todo-menos-humilde de Malena para que meta caña, porque sí, a una de las candidatas con la que saben que se lleva mal, además de dejar que la critique y la deje por los suelos por televisión sin derecho a réplica (qué educativo, qué ético, qué imagen, qué profesional y qué duro es ser modelo en Cuatro);
Daniel El Kum (¿no os recuerda a Dani DJ?) diciendo sandeces del tipo "adquirir sabiduría y aprender -con r, no d- quiénes son las modelos" (yo creía que eso sería, tirando por lo alto, cultura pero ¿sabiduría?); "amenazas" de cortar el pelo a las candidatas todavía no elegidas, porque todos sabemos que son mayoría las modelos, perdon súper modelos, que llevan el pelo corto, y que es fundamental para triunfar, no hay más que ver a Súper Judit; criterios de selección que buscan la audiencia y que no han quedado claros en ningún momento, preguntas de tipo personal a las chicas con un fondo de alcahuetería muy cutre, y ¡lo mejor!: chicas (las menores con el consentimiento paterno) que se dejan humillar y consienten que ¿el Señor? El Kum y
Cristina Rodríguez les hablen en un tono prepotente y faltón, aunque la intención de ellos sea parecer implacables y profesionales.
La fama cuesta. Y, por lo visto, cuando te presentas al casting de un reality de televisión pueden decirte lo que quieran y cómo quieran, cedes los derechos sobre tu dignidad o algo así. Los espectadores mandan, y
los espectadores quieren barro.
Por eso debe ser, y por la
falta de imaginación en la búsqueda de algo divertido y estético al mismo tiempo, que en la primera gala los profesores aparecieron, en el patatero al que llevaron a las chicas en limusina, vestidos de militares en un jeep e hicieron un teatrillo al estilo "
Oficial y caballero" (seguro que sus madres y abuelas de las modelos pillaron el guiño, aunque ellas sean más de la generación de "Troya"), y por eso les montaron una pista americana (muy útil y formativo si quieres ser modelo), las hicieron arrastarse por el barro literalmente, para luego acabar dándoles una manguera con la que lavarse. Para la próxima gala propongo como tema: profesores estrictos, perdón implacables, modelos vestidas de escolares (con uniforme obviamente, son la clave) y una pelea de almohadas en el dormitorio. Súper chic, súper profesional, súper implacable, súper modelo 2007.
Claro, que igual soy ya mayor para programas de este nivel. O igual me acabo de caer del guindo, y tras ese rollo de la profesionalidad, de la escuela de formación de modelos, bla bla bla,
sólo hay un reality carente del gusto, el glamour y el estilo del que presumen, que no busca más que audiencia. Me da que va a ser esto.
Y aún me queda la duda de si es un reflejo real de lo que te puede pasar en un casting o en un trabajo si eres modelo. Y si el nivel del jurado y de los profesores es el habitual.
¿Tan cutre y decepcionante puede llegar a ser ese mundillo? ¿Es necesario crear esas relaciones de poder ("
yo valgo mil, yo soy un profesional, tú eres una mierdecilla, obedece o serás castigada, porque yo decido si tú vales o no" muy de colegio de monjas ese tipo de relación) basadas en el chantaje emocional? ¿De verdad ser una modelo profesional es ir a cuchillo y tragar y tragar y tragar? Porque ser puntual, cumplir con el trabajo, apagar el móvil, esforzarte, aguantar la presión, ser disciplinado, etc. son exigencias para cualquiera que quiera triunfar independientemente de su profesión.
Ser modelo será sacrificado, pero muchos trabajos lo son ¡y no lloramos tanto!, ni estamos dando la vara con lo que nos esforzamos y nos sacrificamos, al menos cuando nuestro trabajo lo hemos podido elegir. No soporto a la gente que al mismo tiempo presume de lo que ama su trabajo y se queja constantemente de lo mal que lo pasa por él y de lo mucho que se esfuerza. ¡Tanta obsesión por presentar el mundo de la moda como algo serio y súper profesional para acabar dando una imagen súper pobre, súper superficial y súper pretenciosa!
¿De verdad súper Daniel El Kum es el estilista de Ana Obregón? ¿Cómo se escribe "el Kum" o "El Kum"?, ni en la web lo tienen claro. ¿Y en qué súper sex shop se compra súper Cristina Rodríguez (qué delgada este año) sus súper complementos y su súper fusta-gadget? ¿Y no eran dos litros de agua al día los que hay que beber, y no súper tres?