
En cuanto los ví supe que era una tendencia

Y en lo referente al cine la cosa se pone interesante. Mientras Eddie Murphy y Helen Mirren siguen ganando premios sin parar, parece que a Babel se le ponen las cosas difíciles. "Little Miss Sunshine" tiene un nutrido gurpo de fans.
UPDATE: ¡¿Cómo es que falta en esa selección Ellen Pompeo?
Elena Anaya, no ha gustado mucho su elección, pero no sé muy bien por qué. Se lleva el microvestido y ella lo lleva muy muy bien. No es el traje de mi vida, y tampco es mi estilo, pero era la que más guapa y favorecida estaba de todas.
Bebe, fue a la moda y con un microvestido chulo. Además le quedaba bien. Le dio frescura a la alfombra roja (estéticamente hablando). Yo creía que lo de la camarita hace tiempo que dejó de ser guay y molón, pero ella es la que más mola, así que…
Y, finalmente, lo mejor de la noche: Ivana Baquero.
No me gustan mucho ni el vestido ni las botas, pero la idea de vestirse como si se hubiera escapado de un cuento me encantó. Y, aunque pudo resultar un poco repollo (tiene 12 años, es dificil no parecerlo si eres lista), que no saliera a recoger su Goya con ataque de nervios, que no sacara papelito, que vocalizara, que lo dijera sin afectación, sin por ello resultar ni soberbia, ni vanidosa, ni falsa, y que su discurso tuviera sentido y no fuera un rollo macabeo, además de por su desparpajo ("Te quiero, te amo Guillermo"), por todo esto Ivana Baquero fue para mí lo mejor de la noche.
Ella y la actuación de Estrella Morente, que menos mal que se cambió de traje, porque el Victorio y Luchino verde estilo cortinas de teatro era un horror.
Propongo que al año que viene la gala la presente Santiago Segura. Corbacho es un plasta.
3º.- Es fiel a sí mismo y, por eso, siempre resulta coherente. No caben sorpresas en el Universo Gaultier. No para quien lo conozca.
Hubo dos sorpresas con esa primera foto. Una agradable para los fans de la segunda línea de Prada: que realmente, en esa primera foto, no parecía ella -aunque este mes se ha podido ver en las revistas que sí parece ella, al menos, su cara-, y otra agradable para todos: las fotos son geniales.
Los colores, especialmente la espectacular melena pelirroja y el fuscia de los labios; ella posando como una marioneta o como una neo-pin-up , según las fotos; y ese aire distante, sensual y al mismo tiempo casi irreal que recuerda, aún faltádole tristeza, a la androide de 2046, me han cautivado. Tengo que reconocerlo, después de todo no ha sido mala la idea.
Más humana de cerca que de lejos en las fotos de la campaña, Lindsay Lohan no sólo ha conseguido, en contra de lo que los fans de Miu Miu pudieran creer, ser imagen de una firma de prestigio, además es la protagonista de la mejor campaña de la temporada. Y la más vista, algo que las debe tener más que contentas a ella y a Miuccia Prada. Y con rehabilitación y todo.
Igual ahora sí consigue ser imagen de Chanel o Louis Vuitton.
Givenchy - Intensidad dorada
Supersticiosas abstenerse
Supersticiosas y Carine.
Nunca lleva nada amarillo ella.
Ante un desfile de Christian Dior Haute Couture no está de más recordar las normas básicas de la Cámara Sindical.
También es bueno tener presente que la moda es un negocio para todos, y que vender es el objetivo de todos.
Y no olvidar que, aunque vemos mucha fantochada sobre las pasarelas, pocas no lo son en realidad.
Porque pocas son de verdad imaginativas y originales.
Muy pocas consiguen ser un espectáculo visual
Sí es cierto que la Dama de Shangai de Galliano es más ponible que su Juana de Arco y su María Antonieta.
Pero también es mucho más atractiva de que otras Damas de Alta Costura. Más delicada.
Más caprichosa.
Más detallista.
Más elegante.
Más lujosa.
Más bella.
La Alta Costura de Dior no es una versión exclusiva de su prêt-a-porter.
Galliano siempre tiene algo que contar.
(Os he avisado que hoy iba en plan snob)
Un viaje, una realidad, una fantasía, un tejido, una utopía, una tendencia, un cuento de hadas, un color, o muchos colores, una historia, una Colección.
Y si él no lo tiene, no importa, porque tras uno de sus desfiles, nosotros siempre podemos decir algo más que “¡Qué vestido tan bonito!”. O, peor aún “¡Qué mono!”.
Y porque, incluso cuando prefiere la sencillez, nunca es suficiente con un único vistazo para hacerse una idea del traje.
No se ha visto en este desfile nada que no cupiera esperar de Galliano, ni siquiera nada que no hubiesemos visto otras veces, pero eso es lo bueno. Ningún otro se repite como él.
Parece que el blanco será el color de las noches de este verano. Y no sólo lo dice Galliano.