sábado, 31 de octubre de 2009

Parisienne de Yves Saint Laurent

Fue Pierre Bergé el que dijo "Si Coco Chanel dió la libertad a las mujeres, Yves Saint Laurent les dió el poder". El caso es que siempre tengo que comprobar esta cita, porque nunca recuerdo a cuál de los dos diseñadores corresponde cada logro. A fin de cuentas, la libertad es poder. O, al menos, una forma de poder.



La última vez que recurrí a Internet para comprobar cuál de los dos dió qué, fue tras ver en la tele el anuncio del nuevo perfume femenino de YSL, Parisienne. París, Kate Moss, una noche de pasión, rosas, una mujer aparentemente decidida a vivir su vida como le plazca, y Depeche Mode, ¡me encantó! Sobre todo porque han conseguido con el anuncio el mismo rollo que Elbaz en su última colección para Lanvin.

Por supuesto, como todo el publicidad, una cosa es el producto, y otra el mensaje con el que quieres identificar el producto a la hora de venderlo. Que un perfume, o un bolso, o un vestido, o cualquier producto encarne todas esas cosas es imposible. Pueden simbolizarlas, y aún así no siempre una cosa o un olor simboliza lo mismo para distintas personas.

Desde YSL me han mandado un frasco de Parisienne y he podido probarlo. El frasco es precioso, con una aire vintage, y al mismo tiempo moderno, gracias al tapón, a su forma estilizada, y al mítico logo de la casa. Perfecto para las que no sólo compran el perfume, sino también su envase. Sobre todo si son (somos) romanticonas.

Con el perfume -eau de parfum, perdón- me ha costado más. A favor: que, como buen perfume, dura de la mañana a la noche. Que la fragancia no es metálica, ni cargante, y que los distintos olores van dejandose notar conforme pasa el tiempo, de modo que al principio resulta muy floral, dejando salir al rato olores con más cuerpo, sin llegar nunca a saturar, ni a perder su perfume decididamente femenino. Otro punto más a su favor es que me preguntaron por ella tres veces el día que la llevé, tanto hombres como mujeres.

En contra: la violeta. Es algo personal, pero no puedo ni con la violeta, ni con la vainilla. Hay quien no soporta el jazmín en los perfumes, a mí me sucede con la violeta. Y la primera impresión de Parisienne es "muy violeta". Pero, como digo, es una cuestión de gustos. A una de mis mejores amigas le encanta. Aunque ella siempre ha sido más chic, libre y parisienne que yo. Igual en YSL han conseguido embotellar el espíritu de la mujer parisienne. Si es que existe.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Al día

No tanto en realidad. Como viene siendo habitual, por otra parte, en Me gusta la moda. En cualquier caso, vuelvo dispuesta a comentar algunas noticias de última hora muy interesantes, y otras de los últimos meses que he ido dejando en el tintero por falta de tiempo.

Empiezo con una reciente. Acabo de leer en Fashionologie, siempre a la última en todos los sentidos, que Ridley Scott finalmente rodará la peli sobre la familia Gucci, y que ya está en negociaciones con Angelina Jolie , que es la actriz en la que ha pensado para encarnar a Patrizia Reggiano, en la carcel por haber conspirado para asesinar a su exmarido Maurizio Gucci. Culebrón a la vista. Aunque esté inspirado hechos reales.

Menos culebrón hubiera resultado la vida de Coco Chanel si el telefilm protagonizado por Shirley MacLain la hubiese enfocado de otra manera, pero no y, metraje excesivo y mala documentación incluídos, semejante bodrio bien podría haberse titulado "María Gabriella" en vez de "Coco Chanel".

Mucho mejor producida, y con un vestuario, reparto y ambientación digno de Mademoiselle, es la versión de la vida de la diseñadora francesa protagonizada por Audrey Tautou. A pesar de ello me aburrí tanto o más con "Coco avant Chanel" que con la anterior. Semejante mujer, semejante vida, semejante talento, semejante carácter, semejante legado, ¿cómo es posible hacer con todo esto semejante pestiño? Espero que "Coco Chanel & Igor Stravinsky" me cautive más. Lo mismo espero de la peli de Ridley Scott, si es que llega a hacerse.

Y hablando de Gucci, iconos del mundo de la moda, y de cine, imposible no hacer mención al tejano más admirado del mundo entero, Tom Ford. Arrasa con sus trajes, mejorando incluso el fondo de armario de James Bond, convence con su opera prima en el cine, "A single man", en el Festival de Venecia, consolida la carrera como nariz que comenzó de la mano de Estée Lauder, sus gafas de sol son las más deseadas, y... ¡busca financiación para lanzar una línea de moda femenina!

No ha querido confirmar a WWD cuándo tendrá lugar ese regreso, pero en la publicación apuntan a que como pronto sería para otoño de 2010. ¿Alguien se atreve a aventurar si su vuelta será muy Gucci, muy Saint Laurent o muy Ford? No importa, la prensa, las celebrities y los fans se volcarán con él como siempre.


Fotos: Web oficial de la pelícual "Coco before Chanel".

domingo, 4 de octubre de 2009

Mientras cuelgo la siguiente entrada...

... os recomiendo otras lecturas:

- Interesante debate en Glamourama: Bloggers al poder. ¿Quién iba a pensar hace apenas 3 años que los fashion bloggers serían tratados como periodistas por las firmas y los diseñadores? ¿Están perdiendo el paso las revistas, aún cuando tienen un papel insustituible por los blogs? Yo estoy con Miss b y con Lula.

- Más consejos útiles de Grace Bonney de Design*Sponge: "advertising 101 for bloggers". De lectura obligada para todos los que estais pensando en poner publicidad en vuestro blog.

- Tommy Ton ha tomado el relevo de The Sartorialist en Style.com.

"Viejas" conocidas, menos sastrería, mucho (demasiado) rock y un poquito más de sentido del humor, ¿qué os parece?

- Y a pesar de que ya estamos en octubre, algunos links de bodas estadounidenses muy inspiradoras, aunque se nos vayan la etiqueta que tanto nos gusta y algunas ¿tradiciones? al traste.

La boda de Lena Corwin.

La de Elise (de Foreshadow Press) y Patrick.

Y la boda de Alyssa y Ryan (de Horne).

¡Feliz semana!

Lanvin Primavera-Verano 2010

Pocas cosas me sorprenden tanto como una mujer machista. He llegado a entender por qué algunas mujeres reniegan de definirse a sí mismas como feministas, entiendo que no les guste que las asocien con determinadas formas de pensar que en ocasiones resultan casi tan perjudiciales para la mujer como el machismo. Pero lo del machismo femenino, salvo que ya no cumplas 70, no lo entiendo.

Viendo el desfile de Lavin he recordado una conversación que escuché, hace varios años, a un grupo de mujeres que entonces tenían cuarenta y tantos. Todas eran licenciadas y tenían trabajos de responsabilidad, lo que me hacía verlas como cultas y modernas. Qué inféliz.

Por supuesto, hablaban de otra mujer. Una mujer que unas conocían y otras no. La conversación fue totalmente inocua hasta que una de las que la conocía, quiso describirla físicamente y, tras alabar su belleza sin demasiada convicción, y su tipo con envidia mal disimulada, añadió "aunque, por cómo viene vestida a trabajar algunas mañanas, una no sabe si viene o va".

¿Si viene o va? ¿Qué significa eso? ¿Demasiado escote? No, aunque algunas veces en alguna fiesta ha llevado escotes poco apropiados para su edad. ¿Demasiados brillos? No, no, si la ropa que lleva es preciosa. ¿Los colores? No, es muy clásica. ¿Entonces? No sé, tiene algo, no sé explicarlo, pero si la vieras seguro que lo entenderías.

Sé qué es lo que hubiera entendido al oír el comentario si no hubiese conocido a la mujer de la que hablaban, aunque no por eso hubiera acertado; pero no lo entendí porque la conocía y la tenía por una mujer bien vestida y elegante.

Bien vestida porque llevaba ropa impecablemente cortada, hecha con tejidos de calidad, y preciosa. Y elegante porque sabía elegir los cortes y colores que le favorecían, y aunque sus combinaciones siempre eran clásicas, conseguía que la ropa resaltase en ella más que otras mujeres de su edad.

Aunque, lo que en realidad definía su estilo a sus casi cincuenta, casada y con tres hijos, y de Zaragoza, es que resultaba segura de sí misma, aunque sin pretensiones, y sexy. Natural y elegantemente sexy.

Una mujer que no busca en la ropa una forma de definirse política, religiosa, económica o socialmente. Fiel a su estilo, sólo se preocupa por la moda cuando va de compras y en el momento de decidir qué ponerse, y una vez que ya está vestida, peinada, maquillada y perfumada, se olvida de lo que lleva y se centra lo importante, trabajo, familia, amigos, ella, su vida. ¿Viene o va? ¿Y a quién le importa mas que a ella?

Alber Elbaz dice que es una mujer que quiere tenerlo todo bajo control, y que cuando llega a casa se colapsa. Yo no quiero creerlo.


Fotos: Style.com
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