La última vez que recurrí a Internet para comprobar cuál de los dos dió qué, fue tras ver en la tele el anuncio del nuevo perfume femenino de YSL, Parisienne. París, Kate Moss, una noche de pasión, rosas, una mujer aparentemente decidida a vivir su vida como le plazca, y Depeche Mode, ¡me encantó! Sobre todo porque han conseguido con el anuncio el mismo rollo que Elbaz en su última colección para Lanvin.
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Con el perfume -eau de parfum, perdón- me ha costado más. A favor: que, como buen perfume, dura de la mañana a la noche. Que la fragancia no es metálica, ni cargante, y que los distintos olores van dejandose notar conforme pasa el tiempo, de modo que al principio resulta muy floral, dejando salir al rato olores con más cuerpo, sin llegar nunca a saturar, ni a perder su perfume decididamente femenino. Otro punto más a su favor es que me preguntaron por ella tres veces el día que la llevé, tanto hombres como mujeres.
En contra: la violeta. Es algo personal, pero no puedo ni con la violeta, ni con la vainilla. Hay quien no soporta el jazmín en los perfumes, a mí me sucede con la violeta. Y la primera impresión de Parisienne es "muy violeta". Pero, como digo, es una cuestión de gustos. A una de mis mejores amigas le encanta. Aunque ella siempre ha sido más chic, libre y parisienne que yo. Igual en YSL han conseguido embotellar el espíritu de la mujer parisienne. Si es que existe.