Paris Prêt-à-porter - Balenciaga SS07

Por fin la pasarela parisina.

Por fin la capital de la moda.

Por fin las colecciones que van a marcar las tendencias la próxima temporada.

Y ya ha habido sorpresas. O, mejor dicho, cambios de registro.

Después de volver la vista atrás y recuperar la esencia de Cristóbal Balenciaga en su última colección, que está resultando inspiradora para muchos y copiada hasta la saciedad, Nicolas Ghesquière vuelve la vista hacia delante, hacia un futuro masculino y futurista.

Quiere dejar las formas redondas atrás, y lo ha hecho. Nada de siluetas globo, huevo o tulipán. Los pantalones son pitillos y los vestidos (todos cortos) se pegan al cuerpo, a excepción de alguno tipo kimono y otros inspirados en camisas masculinas, camisas y chaquetas marcan los hombros y se ajustan también al cuerpo.

En todas las reseñas que he leído se resalta que el diseñador de Balenciaga quería una colección futurista, sin duda lo ha conseguido, pero no sólo ha resultado futurista. Tanto la ropa como el estilismo tienen un punto agresivo. No es un futuro pacífico y alegre el que ha imaginado Ghesquière. Se trata de un futuro oscuro, con mujeres fuertes y sin ninguna concesión al romanticismo. La casi ausencia de maquillaje, el pelo recogido en colas de caballo tirantes y las gafas pseudo profesionales (¿son de médico? ¿son de soldador?) ayudan a crear esa imagen combativa.

En el futuro no sólo hay tejidos metalizados, vestidos sexies y trajes masculinos, también hay hueco para la Costura. La Costura con mayúsculas, esa que Nicolas Ghesquière domina y que está presente en los vestidos y trajes negros de piel para encontrar de nuevo un hilo conductor entre los orígenes de la Casa Balenciaga con el presente. Y con el futuro.

En futuro imaginario no pueden faltar nunca los vestidos malla. Vestidos cortos, color cobre, con drapeados y un resultado final muy elegante.

Las cadenas, presentes en zapatos y pulseras, acentuan el nuevo estilo de Balenciaga.

Conforme iba avanzando en las fotos del desfile me venían a la cabeza imágenes de películas ambientadas tras un desastre nuclear, o pelis en las que maquinas y humanos conviven, y no de manera pacífica. Esas pelis en las que parece que cada personaje se ha customizado su propia ropa con lo primero que ha pillado. Lo mismo da que sea tela, piel o metal. El caso es que sea útil y resistente. Esas en las que los personajes deben estar preparados para lo peor.

En este futuro imaginario tampoco por la noche se puede bajar la guardia. Siempre alerta y lista para lo que haya de venir. No hay vestidos glamurosos, faldas románticas, ni cuerpos de ensueño. Las mujeres, siempre masculinas, se robotizan. El diseñador de Balenciaga ha conseguido darle una vuelta más a la tendencia del momento: mayas y minivestido, con una versión casi androide.

Si soy sincera, tengo que reconocer que no me pondria muchas de las cosas de esta colección, aunque sí algunas. Pero también he decir que me ha gustado mucho. Por varias razones: me parece bonita como colección, creo además que está muy terminada, como todas las de Ghesquière es una colección redonda. Además, ha roto con la tendencia actual, creada en parte por él, proponiendo una estética diferente. Y más aún, sigue demostrando que vale, que la suya no es una fama pasajera fruto de una colección o un vestido bonito llevado por una famosa en un determinado evento, tiene talento no sólo diseñando, sino como couturier. Y hacer todo eso, colección tras colección, es un logro del que muy pocos pueden presumir.

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