Mel Ferrer y Audrey Hepburn.
Cary Grant.Debbie Reynolds y Gene Kelly.
Soy fan de Tilda Swinton, como actriz y como estrella sobre la alfombra rojá. El vestido de Lanvin que llevó el año pasado me encantó, y el domingo por la noche volvió a ser de mis favoritas cuando apareció de nuevo de Lanvin. Sé que no es de las que más seguidores tiene cuando se viste para galas y festivales, pero no me importa. Para mí iba impecable: elegante, sofisticada, actual, original, y fiel a su estilo. Las pulseras de Fred Leighton (los joyeros de la noche, con permiso de Lorrein Swchartz) también me encantaron. Todo me gusta: el pelo, el maquillaje, la ropa, las joyas, la cartera, todo. Atención: más uñas oscuras. Y ya van cuatro: Tilda Swinton, Robin Wright Penn, Natalie Portman y Reese Witherspoon.
La única crítica que le hago a Reese Witherspoon es el recogido con el que apareció en el escenario del Kodak Theatre, que le sentaba fatal y le hacía orejas de soplillo. Pero rectificó, y se peino muchísimo mejor para las fiestas posteriores a las que acudió sin esconder su noviazgo con Jake Gyllenhaal (qué dos apellidos para ponerse a tener hijos juntos).
La veo incluso guapa, y eso que sus facciones no son precisamente delicadas, pero me encantó. Arriesgó con el vestido de Rodarte, con la laca de uñas negra a juego con el anillo (foto de arriba), y para mí fue de las mejores.
Amy Adams volvió a elegir un vestido de Carolina Herrera en un tono oscuro. La verdad es que el color guinda le sentaba muchísimo mejor que el marrón de su primera nominación al Oscar, pero más allá del color, el vestido no me emociona nada.
Tampoco creo que el peinado le favorezca demasiado. Eso sí, el collar del siglo XIX de Fred Leighton es otro cantar. Espectacular. Aunque entre el color del vestido y el collar tutti frutti me recuerda algo a Keira Knightley el año que estuvo nominada. Una versión mejorada y más adecuada para la edad de ambas, pero sin deslumbrar. Pese al collar.
La otra gran protagonista gracias a su joyas fue Angelina Jolie. Los pendientes y el anillo de Lorrain Schwartz son preciosos. Y consiguen que un sencillo vestido negro con escote corazón (de Elie Saab) que hubiera parecido poco, aunque lo acompañara con diamantes, para un posible agradecimiento por el Oscar a actriz protagonista, sea uno de los mejores estilismos de la noche del domingo.
También eligió un vestido negro la mujer más guapa de la noche: Robin Wright Penn. Muy sencilla como siempre, con un traje de Monique L´huiller con la espalda al aire, pero con un resultado muchísimo más elegante y sexy que otras de las actrices que apostaron por la sencillez como Jennifer Aniston. Claro que a mí esta mujer me gusta siempre.
No fueron las únicas que eligieron el que se supone es el color menos aconsejado para esta noche. Sharon Stone, Madonna y Victoria Beckham hicieron lo mismo, y salieron airosas. Aunque yo me quedo con Sharon Stone, tanto por el vestido, como por cómo le queda. No entro a discutir los estragos de la cirugía estética.
Kate Winslet fue para mí la decepción de la noche. Sí, su vestido de Yves Saint Laurent es elegante, pero no es espectacular, y le pone años encima. Me puedo imaginar perfectamente a Catherine Deneuve con él. ¡Parece una coraza! Si además le sumas ese color de tinte, el peinado "esculpido", y que el azul triston del traje no le favorece, tienes un una oportunidad echada por la borda de haber sido también ganadora en la alfombra roja.
Sigo con las chicas Christian Dior Haute Couture . ¡Pobre Sarah Jessica Parker! Cuando una más estilosa no lleva el mismo traje, le ponen a otra más guapa uno parecido. Me quedo con la versión de Marion Cotillard. El collar es de Chopard.
Y no sólo por el vestido, también por escote de Sarah Jessica Parker. Porque ese rollo escote de época con tanto tul pastel a la vez, no lo veo. ¿La visteis en la tele? Tuvo que estar incómoda, como mínimo, toda la noche. Las transparencias de la francesa, no sólo parecen más fáciles de llevar, además resultan mucho más sexies. Me gusta mucho más de castaña que de rubia, ¿a vosotros?
Otra de mis favoritas de la noche fue Meryl Streep. El vestido gris que Alberta Ferreti le hizo a medida, las joyas de Fred Leighton, clásicas y discretas, y el bolso de Salvatore Ferragamo fueron una de las elecciones más acertadas para esta actriz, que es un crack en nominaciones y actuaciones, pero que en la alfombra roja, en general, deja bastante que desear. El traje le sentaba genial, le favorecía, y era adecuado para su tipo y para su edad. Perfecta también. Quizá el tono era algo apagado, pero estaba muy guapa.
Evan Rachel Wood, otra antigua seudo-gótica como Angelina, combinó su blanca palidez con un vestido muy clásico en color nude de Elie Saab. Quién hubiera dicho hace años que una de estas dos se vestiría tan clásica y de Elie Saab. A mí me gustó mucho, a pesar de parecer que tiene 10 años más de los que realmente tiene, pero fue de las más elegantes. Y el traje parece que se lo hubieran cosido puesto.
El color nude no es la mejor opción para ser la más deslumbrante. Para mí, aunque esté de moda, es un color mucho más difícil que el verde o el amarillo. Pero hubo más actrices que lo eligieron y acertaron. Una de ellas fue la japones Kimiko Yo, actriz de Departures (ganadora del Oscar a la película en lengua no inglesa). Muy clásica también, pero muy elegante. Aunque el peinado no parece que pegue mucho con el vestido.
Y termino con los malvas. Natalie Portman, guapísima como siempre, fue otra de mis decepciones. Ni el vestido de Rodarte, ni el bolso me gustan. El color le sienta bien, pero no me emocionó nada. No la vi ni tan chic, ni tan elegante como otras veces, incluso me parece cursilona, y algo choni. Ojo a las uñas oscuras (Robin Wright Penn, Reese Witherspoon, Natalie Portman), ¡vuelven!
También estaba muy favorecida Alicia Keys con este color, pero su Armani Privé tampoco me convenció. Sobre todo por la falda, que le quedaba fatal. Suerte que entre el color, el peinado, el maquillaje (el foco traidor no le hace justicia) y los pendientes de Fred Leighton salvan el resultado, porque esa falda...
La que más me gustó, más que Penélope y más que ninguna, fue Nicole Kidman. Con un vestido de L´Wren Scott y joyas antiguas de Edith Webber, estaba perfecta. Con el corte que mejor le sienta, un peinado favorecedor, y un aire romanticón evitando cursilerías.
Anne Hathaway eligió un vestido sirena de Armani Privé, muy bonito y que le sentaba como un guante, pero tenía muy difícil superar el Gaultier de Marion Cotillard, y salir ganadora de la alfombra roja con este vestido.
Al igual que Kidman, también llevó joyas en el pelo, aunque las de la estadounidense eran Cartier. Más de un anillo de diamantes y no necesariamente en el anular fue también algo común en más de una de las actrices. El peinado por detrás no me emociona demasiado, pero por delante le favorecía. También coincidió con Kidman en poner la atención en los ojos, y pintarse los labios con un tono rosado-marrón suave.
Me gustó mucho más el vestido que eligió para salir al escenario a cantar con Hugh Jackman (¡qué crack!), igual era más Globos de Oro que Oscar, pero me gustó mucho y le quedaba también muy bien.
Jessica Biel también eligió el blanco, pero en la versión más fashion posible: vestido de Prada y joyas de Louis Vuitton. Con Tilda Swinton fue de las más "actuales" en su elección, y de las más acertadas.
El peinado le sentaba genial, quizá más informal de lo que estamos acostumbrados para esta ceremonia, pero siempre es mejor ir vestida de gala y conforme a tu edad y estilo, que pasarse de potita y ponerte años encima.
Otra de las protagonistas de la gala, aunque no estaba nominada, fue Tina Fey. Muchísimo más glamurosa y sexy que en los Globos de Oro. No he conseguido averiguar de qué firma era el vestido que llevaba, pero le sentaba genial (UPDATE: El vestido era de Zac Posen). Y las joyas, diamantes como las de la mayoría salvo dos espectaculares excepciones, eran preciosas.
Tampoco me gustó mucho el Versace Atelier que Penélope Cruz se puso para la fiesta de Vanity Fair. Los zapatos son horribles, y no estaba tan espectacular como con anterior. Aunque, ¿qué más da? Ya había sido la más guapa de la fiesta, y había ganado.
Jennifer Aniston, fiel a su estilo, eligió un Valentino Couture. Sandalias Jimmy Choo, pelo muy informal, y casi ninguna joya. Lo dicho, fiel a su estilo, del que no soy muy fan. En realidad es ella la que no me dice nada.
Aunque no soy muy fan ni del estilo de Penélope Cruz, ni nunca he sido muy fan de ella como belleza, tengo que reconocer que ayer, con permiso de Slumdog millionaire y de Kate Winslet (a la sexta va la vencida), fue su noche.
Y aunque su elección fue en cierto modo similar a la de Reese Witherspoon el año que ganó el Oscar (vestido vintage estilo "puesta de largo" de hace décadas firmado por un diseñador muy prestigioso y comprado para la ocasión), no pude evitar al verla en la tele pensar en Audrey Hepburn caracterizada de Sabrina, la noche del baile. Flequillo incluido.
No sé si el parecido es intencionado, o tan intencionado como cuando Kim Basinger recogió su Oscar vestida por Escada para, como ella misma dijo, parecerse a Grace Kelly. Pero tanto si es casual, como si no, esta vez no puedo sacarle ninguna pega.
Y eso que es un vestido que yo nunca me hubiese comprado, pero reconozco que es precioso, que le quedaba perfecto, y que el peinado, el maquillaje y las joyas de Chopard que eligió para acompañarlo son inmejorables. Como el bolso, de Judith Leiber, que me ha encantado.
Aunque lo que más me ha gustado es que es un estilismo perfecto para acabar en los periódicos de todo el mundo, y en Google Images, con la estatuilla dorada en la mano. Perfecto para salir al escenario del Kodak Theatre a agradecer el premio. Y hacerlo emocionada y natural, sin histerias absurdas, sin numeritos en plan "¿por qué yo?", sin decir sandeces, y sin parecer suficiente, ni resultar pesada ni sobreactuar, fue el broche el oro.
Además, la edición on-line de la revista Marie Claire ha colgado una entrevista que me han hecho. Y el número de lectores del blog no para de subir. ¡Muchas gracias a todos por leer el blog y por comentar a los que lo hacéis! Y muchas gracias a Heidi y a Marie Claire.es
Promesa cumplida (by Mert and Marcus). Haced click en la foto para verla más grande. A partir del 19 de febrero veremos si se cumplen o no sus otras promesas, aunque lo de que no va a estar tan retocada como otras revistas... habrá que esperar a ver el resto, porque de momento ¡¿dónde están los pezones de Beth Ditto?! Y eso que a mí, Photoshop mediante o no, ya me ha ganado con la portada.
Y además de los famosos, modelos. LOVE Magazine, fashion and fame, ya sabéis. De momento, aparte de a Agyness Deyn, dad por seguras a Lara Stone (la favorita) fotografiada por Angelo Pennetta, Darya Kurovska (la nueva) en dos editoriales, y a Iris Strubegger con peluca morada (foto arriba). ¿Promete o no?
Helena Christensen y Ed Westwick en Harper´s Bazaar. Fotos Terry Richardson.
Madonna y Jesus Luz en W Magazine. Fotos Steven Klein (vía Just Jared).
Jerry Hall y Baptiste Giabiconi en la nueva campaña del 2.55 de Chanel. Fotos Karl Lagerfeld (vía Fashionologie).
No hay sorpresa entre los elegidos: un vestido magenta de Jason Wu para la portada, y un vestido negro de Narciso Rodríguez, y una falda jaspeada con blusa y chaqueta salmón de J.Crew en el interior de la revista.
De las fotos, como se esperaba, se ha encargado Annie Leibovitz, que ha conseguido una portada excelente. De lo mejor que se ha visto en Vogue en mucho tiempo, y sin punto de comparación con la que protagonizó (la extraordinaria) Hillary Clinton cuando era Primera Dama. Eso sí, no he podido evitar cierta sensación de déjà vu. No sé si se trata de un guiño, o de si una casualidad, pero ¿no os recuerda a la primera foto oficial de Jacqueline Kennedy como Primera Dama?
En cuanto he visto la portada en WWD, me ha venido a la mente esta foto de Mark Shaw de JBK que conserva la Biblioteca del Congreso de EEUU en blanco y negro. Y no sólo por la pose, sino por el sofá, los visillos, la lámpara del fondo. Se me hace difícil creer que no sea intencionado por parte de la revista, y que Michelle Obama y quien la asesore no sean conscientes del parecido entre las fotos.
Michelle Obama, vestida de J. Crew, en una foto tomada en su suite del Hotel Hy-Adams en Washington para el artículo de Vogue. En la foto de abajo la primera dama Lady Bird Johnson en su vestidor en la Casa Blanca preparando un discurso en 1968 (foto all the best).
De los resultados de la encuesta anterior me ha sorprendido que hasta un 15% optáis por la técnica lagarto para poneros morenas, y que somos un 30% las que no queremos estar morenas, ¿tantas?
Ser una de las diez elegidas por Kotur en su lista semanal tiene más relevancia. A pesar del errático gusto de la periodista, y de que ciertas actrices, socialites y modelos (Kate Bosworth, Jennifer Connelly, Anne Hathaway, Keira Knightley, Jessica Jofre, Tory Burch, y Coco Rocha, entre otras) tengan asegurada su presencia semana sí, semana también, lleven lo que lleven. O por llevar precisamente lo que llevan: Chanel, Dior, Oscar de la Renta, Balmain, Balenciaga, Lanvin, Carolina Herrera, Marchesa y Nina Ricci, y alguna promesa del diseño estadounidense suelen ser los "sospechosos habituales". No se puede negar que la sección de AK es una vía de entrada, aunque muy puntual y fortuita, a La Biblia de la Moda para diseñadores que de otra manera lo hubieran tenido más complicado. Y no necesariamente por falta de talento. No, desde luego, en el caso de Juanjo Oliva.
De izquierda a derecha: Aitana Sánchez-Gijón de Oscar de la Renta, Carme Elías de Cortana, y Malena Alterio de Juanjo Oliva.